El Centro de Medellín lleno de joyas arquitectónicas para apreciar y disfrutar

Sonidos diversos, así como los aromas, todo en el centro. Infinidad de colores y una arquitectura que da cuenta de una ciudad moderna, pero que conserva algunos espacios que dan cuenta de construcciones republicanas y otros estilos como el neoclásico. Esto es parte de la riqueza que hace del centro de Medellín un lugar especial de la ciudad.

En Indika decidimos, en esta ocasión, ponernos tenis para irnos de recorrido y reencontrarnos con este escenario donde la ciudad se consolidó como la segunda más importante del país, donde nacieron parte de las empresas más importantes y que fue poblado, siglos atrás, por las familias “más pudientes”.

Entonces, empezamos en uno de los lugares más tradicionales y el pleno corazón (no en vano es donde se cruzan la carrera 50 con la calle 50): el Parque Berrío. Allí Medellín vio nacer en el siglo XVIII una plaza de mercado y dos siglos después el espacio para sedes de bancos, oficinas gubernamentales y empresariales. Además, se erige allí la Iglesia de la Candelaria o la Basílica Menor de Nuestra Señora de la Candelaria, que, además de bonita, fue la primera parroquia de Medellín y Monumento Nacional desde 1998.

Desde allí, a sólo pocos pasos llegamos a uno de los lugares más visitados por los turistas. La Plaza Botero y el Museo de Antioquia tienen su sello propio porque es donde el arte suscita el interés no sólo por las 23 majestuosas esculturas exhibidas al aire libre del maestro Fernando Botero, sino porque al ingresar al Museo el arte nacional y el internacional termina lleno de expresión. Con seguridad, más de una foto no podrá faltar.

Ahora vamos a caminar un poco más hacia el oriente. Nos fuimos hasta la carrera 49, hasta el famoso Pasaje de Junín. Allí nos recibe el edificio Coltejer, símbolo de la pujanza textil antioqueña y luego los sabores hacen de las suyas en dos lugares cargados de historias y tradición con parada obligatoria: el Salón de Té El Astor y la panadería Salón Versalles, ambos datan de la primera mitad del siglo XX. Uno con sello suizo y otro argentino y con el encanto de despertar sensaciones muy especiales.

Lo mejor de este recorrido por el centro de Medellín es transportarse en el tiempo, porque sin ser reconocidos su sólo diseño arquitectónico también hace guiño del tiempo detenido. Y ese es el atractivo de este recorrido, que no termina aquí. Después de este deleite de sabores llegamos al Parque Bolívar. Obviamente, la icónica estatua de Simón Bolívar, que data de 1923, y la imponente Catedral Basílica Metropolitana, hoy Monumento Nacional, son el marco de este escenario para el arte y la música, y que obviamente con el paso del tiempo ha sido protagonista de diversas transformaciones.

¿Y qué tal si a este recorrido le sumamos un trayecto corto en el metro de Medellín? Desde el Parque Berrío hasta la estación Hospital donde se encuentran dos espacios llenos de historia: el Hospital San Vicente de Paúl y el Museo Cementerio San Pedro; o hasta la estación Universidad donde el verde del Jardín Botánico de Medellín recargará de energía el cuerpo.

Sin duda el Centro es un escenario que está lleno anécdotas de siglos atrás que hoy tratan de mantener vigente esa memoria histórica y cultural, para quienes ven el centro como el lugar con arte, música y mucha diversidad.

¿Quieres descubrir por qué nos fuimos de recorrido al centro de Medellín? Pronto más información de Céntrika

¿Te gustó este artículo?

Más contenido para ti